Durante años se ha hablado del cambio del rol del profesor, quien ha pasado de ser el "sabio en el escenario" a un "gestor del aprendizaje". Pero algunos profesores han pasado de ser el centro de la escena para convertirse no en guías sino en "profesores helicóptero" que están constantemente 'sobrevolando' a sus estudiantes.
Una guía excesiva podría convertir los andamios constructivistas en unas nuevas muletas. Es por eso que aquí proporcionamos algunas seis para guiar, apoyar y desafiar equilibradamente a nuestros estudiantes.
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Estrategias para guiar equilibradamente a nuestros estudiantes
1. Permitir el caos. Los estudiantes deben aprender a tolerar cierto grado de incertidumbre y vaguedad en el proceso de aprendizaje. "Averiguarlo" es parte del aprendizaje. Como profesor tienes que simplificar cierta complejidad necesaria para que los estudiantes aprendan. Pero cierta vaguedad también puede fomentar la creatividad. En nuestra universidad, algunos de nuestros profesores, como el de psicología Jennifer Shewmaker, han comenzado a experimentar con lo que llamamos "las asignaciones de corral". Con este enfoque, los estudiantes no se les asigna un conjunto detallado de actividades. En cambio, ellos mismos han llegado a decidir qué tipo de tareas se entreguen, siempre y cuando las asignaciones ilustren el dominio de los resultados del aprendizaje.
2. Dificultad deseable. La dificultad deseable es algo que los científicos cognitivos creen que es útil para el aprendizaje (Brown et al., 2014). No hay que ir inmediatamente a ayudar al estudiante cuando parezca comience a tener dificultades o comience a quejarse de que algo es demasiado difícil o que "no entiende". Reflexione en primer lugar si la tarea es muuuy difícil; si así o es, entonces como profesores tendríamos que añadir un poco de entrenamiento pre-requisito (es decir, explicar antes de asigar la actividad). Y si la tarea es apropiadamente difícil para tus alumnos, hay que esperar que tus estudiantes persistan en la búsqueda de respuestas.
3. Aumentar la rendición de cuentas. Hay cosas que los estudiantes tienen que aprender a hacer. Por ejemplo, si la tecnología se utiliza mucho en clase, los estudiantes deben aprender a realizar algunas tareas, como la limpieza de la caché de su navegador o aprender a cerrar sus aplicaciones del iPad para acelerar los procesos. Si yo sostengo que los estudiantes deben aumentar su alfabetización digital es probable que al u
tilizarlas en sus tareas de clase, la mayoría de los profesores estén de acuerdo. Sin embargo, algunos profesores pueden dirigir a los estudiantes a apoyar a los profesionales en la más mínima sugerencia de un problema. Con el tiempo estos estudiantes aprenden a ir a otros en busca de respuestas en lugar de tratar de resolver los problemas por sí mismos. La conclusión es: ayudar a los estudiantes, pero no generarles impotencia al sentirse que ellos no pueden resulver sus propios problemas.
4. Reducir la redundancia. Hay que evitar repetir las mismas instrucciones una y otra vez. Los estudiantes deben ser capaces de saber cómo se trabaja en cuerta actividad, por ejemplo, cuando se les dice "las instrucciones de cómo participar en una discusión", eso lo tienen que ir aprehendiendo. Repetirles una y otra vez cómo deberían, por ejemplo, trabajar en equipo, quiere decir que todavía no se han apropiado del objetivo de ese tipo de actividad, y entonces hay que ayudarles a ser conscientes de esto.
5. Quitar las muletas. Los profesores deben ayudar a los estudiantes a aprender el proceso de terminar un producto, sin tener que depender de una constante guía y retroalimentación. Uno de nuestros profesores, Suanna Davis, recientemente me compartió un enfoque brillante para empoderar gradualmente a los estudiantes a hacer un trabajo independiente. Davis tiene seis principales tareas de su clase. Cada tarea implica cuatro pasos. Para la asignación de una, se pide a los estudiantes presentar su trabajo para cada uno de los cuatro pasos y así pueda proporcionar información detallada, para asegurarse de que entienden el proceso. Para las asignaciones posteriores, se eliminan gradualmente los requisitos para algunos de los pasos. Para la última asignación, se pide a los estudiantes presentar únicamente el documento final, que ella evalúa con una rúbrica. Mientras se reduce y eliminan los requisitos relacionados con el proceso, los pasos para las asignaciones están incluidos en el programa hasta que es el proyecto final. Se enseña a los estudiantes las tareas que les permiten completar su tareas, mientras que poco a poco son fortalecidos para trabajar de manera independiente.
6. Mezclar tirar y empujar. Hay cierta información que usted quiere dar a los estudiantes, pero también es razonable esperar que ellos desecharán otra información. Como profesor no tenemos que estar dándole los temas a los alumnos una y otra vez cada que lo soliciten, sobre todo si eso crea una distracción para los estudiantes que ya han obtenido lo que queremos que tengan. En su lugar, se puede incluir una actividad de repaso extra clase o subir una presentación del resumen de clase a la red, y pedile a los estudiantes que la descarguen o consulten tales instrucciones por sí mismos cuando lo necesiten.
Entiendo que los educadores andamos por por la cuerda floja apoyando y desafiando a los estudiantes a ser más estudiantes autodirigidos. Sin embargo, no es imposible encontrar un buen equilibrio. Al igual que la construcción de rascacielos, se puede empezar por tener andamios, pero con el tiempo, se tienen que quitar y dejar que los estudiantes que destaquen por su cuenta.
Referencias:
Brown, PC, Roediger III, HL, y McDaniel, MA (2014) que se pegue: La ciencia de éxito de aprendizaje. Cambridge, Massachusetts: El Belknap Press.
Deresiewicz, PW (2014). Excelente Ovejas:. El Miseducation de la élite estadounidense y el Camino a una Vida Significativa Nueva York: Free Press.
Berlín Colmillo es el director de Diseño de Instrucción en el Centro de Adams para la Enseñanza y el Aprendizaje de la Universidad Cristiana de Abilene.
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